En lo particular, cuando de normas hay que aplicar, respecto a la práctica, aún hay mucho que trabajar, importante señalar que aún no existen procedimientos de vigilancia y seguimiento a las contratistas, o subcontratista al momento de conformar y documentar el interés por una cultura de seguridad cuando en contextos de diversas disciplinas en los centros de trabajo y actividades peligrosas resulten en consecuencias de cualquiera de los actos realizados en cada una de sus etapas de desarrollo. No por ello contamos con normas que observan y analizan el estado hermético y de salud ocupacional de quienes realizan los trabajos peligrosos y de riesgo.

Acaso pasará algo en el sistema que en las jerarquías, el significado del concepto es usado en otro sentido provocando que en cuanto a seguridad e higiene referimos, quienes ejercen el papel de trabajadores no se sienten trabajar en un ambiente seguro pues diferentes circunstancias en la práctica conllevan omisiones en la ejecución de actividades bajo las buenas prácticas.

La normativa y sus aplicaciones son tajantes en el uso de adecuaciones que permiten realizar y tener una buena jornada laboral dónde el más importante valor de la responsabilidad para los proyectos, es la segura e integra condición de salud de cada uno de los integrantes de la fuerza de trabajo, iniciando por mi y en colaboración en la activación física y difusión educacional en cuanto a temas de peligros, higiene y seguridad se habla.

Aún falta trabajar continuamente y de la mano, personas e instituciones que permitan el ampliar las perspectivas no solo de condiciones laborales por la propia seguridad del trabajador, sobre todo por qué es importante valorar y hacer crecer el valor de los individuos que enfrentan riesgos psico emocionales y que estos se ven enfrentados ante el alto valor de riesgo y peligro dentro de sus jornadas, sea cuál sea el tipo de actividades que se esté llevando a cabo y sus entorno más proximo.